¿Te has parado a reflexionar en la incesante actividad en la que estamos inmersos o en la incesante actividad en la que tenemos inmersos a nuestros hijos?
En esta sociedad parece que hay que tener todo el tiempo, todas las horas del día ocupadas en algo, en hacer algo.
No es suficiente con trabajar ocho o mas horas, si tenemos tiempo libre al mediodía nos apuntamos al gimnasio, si nos queda tiempo por la tarde buscamos una actividad para ocuparlo, nos apuntamos a una asociación, a una peña, la cuestión es ocupar el tiempo y ocupar la mente.
Y si tenemos hijos, como nosotros ya estamos ocupados, hay que buscarles alguna ocupación a ellos: ingles, básquet, danza……,
Y, cuando por fin llegamos a casa, un día cualquiera, volvemos a buscarnos una ocupación: sofá y televisión, internet, consola……, ah! y a los niños también hay que buscarles algo, habitualmente los canales de dibujos y películas (Clan, Disney, Super3….) asociados con la DS, porque sino ¿como vamos a dedicarnos a nuestras cosas?
Y cuando llega el fin de semana, hay que organizar las horas para ocuparlas en algo: salir al cine, ir a “pasear” a un centro comercial (evidentemente a comprar), esquiar, ir de copas…… y, por supuesto, la actividad comodín, sentarse a ver la tele. Y, curiosamente, se ha instalado en nuestras mentes la creencia de que salir sin comprar nada, por el mero hecho de salir y pasear, es aburrido; a prácticamente nadie, se le ocurre salir a pasear por un parque, en el parque no hay tiendas, no se puede comprar nada, es aburrido, es una “pérdida de tiempo”.
Y luego llegan las vacaciones, hay que hacer algo, planear viajes, excursiones, salidas, visitas a museos, la playa, la montaña, la piscina…., en definitiva hay que ocupar el tiempo en algo
Esta sociedad nos ha hecho creer, que el estar simplemente sentados leyendo, extasiados con una puesta de sol, absortos con el canto de los pájaros, paseando tranquilamente por el bosque, incluso sentarse tranquilamente con los amigos a charlar, ese estar sin “hacer nada”, es aburrido, es una pérdida de tiempo.
Y, al igual que con los objetos, los medios de comunicación, en especial la televisión, y su incesante publicidad nos han acabado convenciendo de que vamos ha ser mas alto, mas guapos y mas felices si hacemos mas y mas cosas; y también nos lo hemos creído.
Por otro lado, ¿os habéis dado cuenta de que parece que solo vivamos para el fin de semana o para las vacaciones?, nos pasamos toda la semana esperando que llegue el viernes (“ por fin, ya es viernes!! “, “ …. Otra vez lunes, que ….. “), que empiece el fin de semana, y nos pasamos todo el año, esperando que lleguen las vacaciones de verano.
Es decir, y a grosso modo, intentamos que pase el 70% de nuestro tiempo lo más rápido posible, para que llegue ya el fin de semana o las esperadas vacaciones, es decir el otro 30% de nuestra vida.
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